LISTADO DE PICOS

martes, 26 de febrero de 2013

BTT circular al embalse de Las Torcas desde Tosos


Vuelta al embalse de Las Torcas en modalidad “bici-esquí”

La cabañera que recorre el altiplano hacia la carretera acumula un buen espesor de nieve

24 de febrero de 2013,

   Este domingo estoy en Zaragoza. Como dispongo de la mañana libre decido rebuscar en mi lista de “proyectos pendientes para BTT por los alrededores” y me decanto por la vuelta al embalse de las Torcas.

   Cargo la bici en el coche y me dirijo hacia Cariñena por la autovía de Teruel. A la altura de Longares veo que ha caído una nevada bastante maja. Todos los viñedos han amanecido tapizados con una capa blanca. El paisaje está de postal.

  En Cariñena abandono la autovía y me desvío hacia el Este por la carretera A-220 en dirección a Belchite. Como se han formado algunos ventisqueros han prohibido la circulación a los camiones por esta ruta. Con precaución recorro unos 8 km. hasta el desvío de Tosos. Un par de kilómetros adicionales en ligero descenso por la comarcal 102 me acercan hasta el pueblo, emplazado a orillas del río Huerva.

   Hace un tiempo muy desapacible. Está nevando, hay mala visibilidad y no hay un alma por las calles. Me da pereza salir en estas condiciones y decido esperar un rato en el coche. Cuando veo que amaina un poco me sacudo la pereza y decido abandonar el calor del coche. ¡Qué frío hace! Me abrigo con todas las capas que he traído, incluido el pasamontañas.

   Mi intención es dar la vuelta al embalse en sentido antihorario. Subiré por la margen orográfica izquierda del río Huerva y regresaré por la otra vertiente.

   Atravieso el silencioso y desierto pueblo. Me desvío por una pista asfaltada donde un cartel indica “Embalse de las Torcas, la Casaza”. Enseguida paso junto al desvío de la Casaza, un torreón medieval que dejaremos a nuestra izquierda y que podremos contemplar mientras ganamos altitud por la pista.

    Gran parte del recorrido discurre por pinares aunque también encontraremos numerosas encinas, almendros, vides y matorral en las partes altas. La ciclabilidad es bastante buena pues transitaremos casi todo el rato por pistas en buen estado.

    Cuando apenas he recorrido 3 km. llego a otro desvío. Por la izquierda se baja a la presa. Yo sigo por la derecha hacia arriba. Un cartel indica “El Santo, Aladrén”.

   Paso pronto junto a un Edificio de la Confederación Hidrográfica y después por una pronunciada curva que sirve de mirador ya que se asoma al embalse desde las alturas. A partir de ahora la pista se alejará del embalse y se internará en los montes zigzagueando y realizando numerosos sube-bajas. Circularemos bastantes kilómetros en torno a la cota 700 metros.

   Conforme avanzo el espesor de la nieve va aumentando. En las zonas más expuestas al viento encuentro grandes ventisqueros donde la bici se queda clavada. Continuamente tengo que estar desmontando y caminar empujando o con la bici al hombro. En ocasiones me hundo hasta la rodilla y me asaltan dudas de hasta donde llegaré.

    Cada vez progreso más lento y comienzo a sentir los pies calados. Para colmo está nevando con más intensidad. Cuando sopla alguna racha fuerte veo cruzar la nieve arrastrada formando pequeñas dunas y me da la impresión de estar aislado en plena estepa rusa.

  De vez en cuando veo marcas de pintura blanquiamarillas y algún cartel que indica “El Santo”, que es hacia donde me dirijo. Hay bastantes cruces. Afortunadamente llevo un track cargado en el GPS que me da confianza al saber que voy en la dirección correcta porque en el horizonte solo veo una gran sucesión de montes nevados pero ni rastro de civilización.

   Tras casi dos horas de pelear contra la nieve y el viento por fin llego a “El Santo” donde quedan las ruinas de lo que debió ser un gran monasterio románico. Dejo la bici y curioseo un poco por los vestigios, en absoluta soledad. Aun quedan algunos ábsides en pie, el arco de entrada y parte de los cerramientos.

   No pierdo mucho tiempo pues me queda todavía bastante camino y hace frío. En los próximos kilómetros encontraré bastante espesor de nieve con lo cual voy más rato empujando la bici que subido. Para colmo en algunos tramos de subida me encuentro con grandes placas de hielo ocultas bajo una reciente capa de nieve. Tengo que hacer malabarismos para no caer y salir despedido con la bici por algún barranco.

    Tras un repecho llego al arranque de una senda. Es el único tramo que no discurre por pistas. Poco más de un kilómetro de buen sendero, casi todo cuesta abajo, nos llevará hasta un puente que permite salvar el río Huerva y cambiar de margen. Curiosamente puedo hacer casi todo el tramo de senda subido en la bici, a pesar de la buena capa de nieve que hay. Bajo las encinas la nieve polvo se conserva bien y no hay hielo.

   Cruzo el puente y paso junto a las ruinas de un antiguo molino llamado “Molino del Zorro”. Habrá que remontar ahora por una larga pista hasta enlazar con una cabañera que nos sacará hasta la carretera de Herrera de los Navarros. De nuevo tendré que pelear con placas ocultas de hielo durante buena parte de la subida. Debo de ofrecer una visión un tanto cómica, resbalando continuamente y caminando casi de puntillas buscando el más pequeño apoyo o piedrecilla que sobresalga para sortear el hielo.

   Sobre la cota 900 m., el punto más alto de toda la excursión, enlazo con la cabañera y me desvío por ella para aproximarme a la carretera.

   Se nota que estoy a bastante altura, en un altiplano. Aquí el viento ha hecho estragos. Grandes acumulaciones de nieve han cubierto casi por completo la cabañera y tengo que cargar con la bici o caminar por los campos resguardado a sotavento.

   Finalmente alcanzo la carretera. El aire sopla con ganas y hay muchas placas de hielo y ventisqueros que cubren el asfalto.

   En lugar de regresar por pistas hacia Tosos pasando por la Foz decido seguir por la carretera. A la hora de comer tengo que estar en casa y ya he tenido bastante aventura por hoy.

   Todavía tendré que recorrer un buen trecho por la helada carretera donde el viento me zarandea y en ocasiones llega incluso a desplazarme lateralmente subido en la bici debido al poco rozamiento que ofrezco al pedalear sobre el hielo. Es una sensación muy extraña, voy pedaleando ligeramente cruzado, como si navegase en el mar evitando el efecto de la deriva.

   Afortunadamente la carretera comienza a descender y paulatinamente irá desapareciendo el hielo y el viento. Pasaré durante el descenso por el pueblo de Aguilón y  unos kilómetros después cogeré el desvío a la izquierda que me devuelve a Tosos.

  • Desnivel + acumulado: 1.074 m
  • Horario total: 4 h. 25 min. (un ritmo algo lento a causa de la nieve)
  • Distancia recorrida: 46,70 km.  
  • IBP Index: 102 MTB


Desde el mismo inicio encontraré nieve. Campos de almendros


Por la derecha subiré en dirección a "El Santo". Por la izda. se baja a la presa


La bici se queda atrapada continuamente en los ventisqueros y avanzo muy lento


Ruinas de "El Santo", antiguo monasterio cisterciense


Dejo atrás las ruinas de "El Santo" , a los pies del promontorio 


Vegetación esteparia en un paisaje inusualmente nevado


Tosos y sus curiosos monolitos rocosos, caprichos de la erosión


Track del recorrido en Google


Perfil de la ruta





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miércoles, 20 de febrero de 2013

Turbón (2.492 m.) y Turbonet (2.344 m.), ruta circular


Circular con esquís desde La Muria

Daniel a punto de encarar la pala final a la cima del Turbón. El Turbonet nos espera al fondo


16 de febrero de 2013,

    A las 7:30 me reúno con Daniel Mur en Campo. Cargo los bártulos en su todoterreno y continuamos por la carretera de Benasque hasta desviarnos por Castejón de Sos.

   Subiremos ahora unos 10 km. hacia Laspaules. A la altura del Puerto de Fadas (1.470 m.) cogemos el desvío a la derecha que nos lleva a San Feliú de Veri.  Tan solo un par de kilómetros nos separan de esta localidad, pero antes de entrar al pueblo tomamos a la izquierda una pista asfaltada que se dirige a la aldea de La Muria.

   Sin entrar tampoco en La Muria bajaremos alrededor de un kilómetro hasta el merendero “Fuen de la Muria (1.370 m.)”, donde finaliza el asfalto. Tras vadear el barranco que precede a la explanada del merendero damos la vuelta porque está repleto de nieve algo dura, no sin ciertas dificultades que nos obligan a palear un poco. Menos mal que vamos con un 4x4 que si no allí nos quedamos.

   Retrocedemos unos metros hasta encontrar una minúscula anchura cubierta de nieve costra donde Daniel  encaja el vehículo con pericia.

   Sobre las nueve y cuarto comenzamos a foquear por la pista que sube desde el merendero hacia la zona de Selvaplana. Queremos hacer una ruta circular. Cuando apenas llevamos 10 minutos veremos a la derecha un desvío que tomaremos, abandonando la pista principal.

   La nueva pista llanea por el bosque hacia el noroeste, acercándose nuevamente hacia La Muria pero por el otro lado del barranco. Hay que ir muy atentos porque tras caminar otros diez minutos habrá que desviarse a la izquierda para subir por la senda que a través del bosque sube hacia el Puerto de la Muria. El arranque de la senda no es evidente, es algo confuso y se recomienda llevar el track cargado en el GPS si no se conoce la zona.

   La senda que seguimos es un PR que une las poblaciones de San Martin de Veri y La Muria con Llert, emplazada en el vecino valle de Bardají.  Tras unos minutos orientándonos en el bosque conseguimos encontrar algunas huellas recientes y la senda se va tornando mejor definida.

   Sobre las 10:30 alcanzamos el Collado de La Muria (1.615 m.). Desde allí se abren nuevas vistas hacia el oeste, con la alargada loma del Pico Baciero en primer termino y las nevadas cumbres de la Sierra de Chia y Cotiella bastante más lejos, en la otra vertiente del Esera. Al sur destacan las verticales paredes de las estribaciones más septentrionales del macizo del Turbón.

   Daniel conoce bien la zona. Para evitar el bosque propone perder unos metros de desnivel con objeto de enlazar con un cortafuegos que nos permitirá ganar con comodidad la ladera del Tozal dels Llaners (1.904 m.). Así lo hacemos. Ascenderemos pronto con rumbo sur por una ladera salpicada de pinos para ganar el cordal de esta modesta cumbre desde donde se abrirán buenas vistas de la Coma de San Adrián, un bonito valle colgado, oculto y encerrado en la herradura que forman los cordales del Turbón y el Turbonet.

   Seguiremos algunos hitos y huellas confusas perdiendo unos  metros de desnivel en dirección al Collado de San Adrián, desde donde descendemos para entrar en la Coma de San Adrián.

   Queda ahora un largo recorrido por el fondo de este valle hasta ganar el Collado de Portella o de Podorruno (2.276 m.), visible al sur en todo momento y que separa los cordales del Turbón y Turbonet. Hace calor y no corre nada de viento. La sensación es agobiante pero las vistas de las murallas, canales y farallones de este formidable macizo a ambos lados del recorrido hacen que el trayecto resulte ameno.

   Tras una buena sudada alcanzamos el Collado. Aquí se enlaza también con la ruta que asciende por el sur desde el pueblo de Vilas del Turbón. A nuestra izquierda vemos unas huellas de raquetas que se dirigen al cercano Turbonet. Pero nosotros continuamos a la derecha para atacar la pala final que nos separa de la cima del Turbón. Son unos 200 metros de desnivel que se me hacen pesados. Hace un rato que noto que me falta el aire y me duelen las articulaciones. Llevo una semana arrastrando un resfriado mal curado y creo que eso me está pasando factura.

   Me lo tomo con calma. Con pasos lentos alcanzamos la arista cimera. Cuando ya vemos el vértice geodésico unos 200 metros por delante de nosotros la pendiente cede. Hay que salvar un tramo estrecho, de apenas 10 metros, que con nieve helada puede ser peligroso debido a la exposición que tiene por ambas vertientes. La nieve hoy no está dura y se pasa sin ninguna dificultad pero en caso de encontrar hielo hay que ser prudente en este corto trecho.

   Por fin alcanzamos la cima a las 13:30. Qué bonitas vistas ofrece esta cumbre calcárea. El Turbón es fuente de curiosas leyendas populares que lo envuelven en un aura de misterio. Desde esta magnífica atalaya  observaremos por el norte los grandes relieves de los macizos  de Posets, Perdiguero y Aneto así como multitud de cumbres del Valle de Aran perdiéndose en el horizonte hacia el noreste.  

   También por el oeste se obtiene una buena perspectiva del Cotiella, otra mole con personalidad propia con quien rivaliza en relatos mágicos, aquelarres e historias de gigantes y brujas.

  En la cima corre una brisa heladora, así que tras descansar y picotear un poco nos preparamos para el descenso. La nieve tiene un aspecto magnífico. A pesar del sol hace bastante frío en altura y la ladera Este no ha llegado a transformar. Tras breve pero muy disfrutona esquiada alcanzamos de nuevo el collado de Portella. Volvemos a poner focas y en pocos minutos nos encaramamos al cordal del Turbonet.

  Me sorprende esta parte del recorrido. A nuestra izquierda se abren verticales canales que caen hacia la Coma de San Adrián pero a la derecha los relieves son suaves. Al otro lado de la Coma contemplaremos el Turbón desde una nueva perspectiva, más aérea que por el fondo del valle.

   Alcanzamos la cumbre del Turbonet y nos acercamos después a otra cima de menor entidad denomina las Aligas (2.296 m.). A nuestra derecha se abre un pequeño y fotogénico vallecito colgado por donde disfrutamos esquiando. Siempre vamos cerca de la cresta pues tenemos intención de bajar esquiando directamente hasta el amplio Collado de San Adrián.

   Hay que ir atentos pues la vaguada nos invita a bajar hacia la derecha lo que nos llevaría al barranco por donde también se asciende al Turbonet desde Selvaplana, pero no queremos bajar esquiando por ahí. Nosotros seguimos perdiendo altura con tendencia a nuestra izquierda. Por fin vemos unas huellas que se asoman directamente hacia la parte alta del collado de San Adrián o de San Feliú (1.885 m.)

   Una amplia ladera adornada con escasos pinos, no excesivamente inclinada, nos permitirá bajar esquiando hasta el mismo collado evitando los cortados.

  Enlazamos ahora con la senda que a través del bosque se dirige hacia Selvaplana. Encontramos algunas huellas confusas que pronto desaparecen. Hay que ir atentos y no perder la senda, que no es muy evidente, pues el bosque se vuelve muy tupido. Asomando entre la nieve Daniel va encontrando algunos hitos. Confirmamos también con el GPS que vamos por el camino correcto.

    Daniel se apaña muy bien con los esquís cortos por este incomodo trazado pero yo lo paso bastante peor con los esquís largos. Cada dos por tres me engancho y es imposible dar un giro entre tanta vegetación.

   Llega un momento en que la senda desciende con relativa pendiente y decidimos quitarnos los esquís y portear un rato. Mucho mejor así. Pasaremos enseguida por el desvío del barranco que asciende directo hacia el cordal del Turbonet. Pronto la senda se vuelve más ancha y se convierte en una pista de saca de madera. De nuevo nos calzamos los esquís y en pocos minutos alcanzamos la pista de Selvaplana (1.480 m.).

   La pista llanea con rumbo norte un rato. Tendremos que remar hasta que comience a perder altura. Ya solo habrá que dejarse deslizar con los esquís hasta el merendero para completar este precioso recorrido circular que tan buenas sensaciones nos ha dejado.

   De regreso a La Muria nos encontramos a una pareja que han atascado el coche en un prado. Entra Daniel con el todoterreno en la explanada, saca una eslinga profesional y dos abarcones, engancha el coche y en un visto y no visto lo saca del barro. Desde luego es un hombre preparado para los imprevistos, parece MacGyver.

  • Desnivel + acumulado: 1.252 m
  • Horario total: 7 h. 
  • Distancia recorrida: 19,15 km




Al llegar al collado de la Muria aparecen por el oeste la alargada cima del Baciero y la Sierra de Chía


Estribaciones septentrionales del cordal del Turbón (la cima todavía no se ve)


Desde las proximidades del Tozal dels Llaners vemos que aún queda un largo trecho por recorrer


Recorrido que seguiremos durante el resto de la jornada


Daniel llegando al collado de la Portella


Desde el collado se ve cercana la cima del Turbonet, pero antes subiremos al Turbón


Daniel llegando a la cima del Turbón

Ruta de descenso de nuevo hasta el collado antes de poner pieles para encaramarnos al cordal del Turbonet


Colocando focas para ascender al Turbonet


Precioso el recorrido por el cordal, con buenas vistas en todo momento


Estos vallecitos colgados fueron una sorpresa, con buena nieve para descender


Detalle aproximado del recorrido realizado


Track del recorrido en google




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jueves, 14 de febrero de 2013

Peña Robla (Yanel) (1.804 m.)


Ascensión con esquís de travesía desde Panticosa

La cara Este de Peña Telera iluminada con las primeras luces de la mañana


10 de febrero de 2013,

   Hoy anunciaban entrada de una borrasca a media mañana, con lo cual elegimos un objetivo sencillo en el entorno de la Estación de Esquí de Panticosa. Subiremos hacia Peña Robla.

   En el aparcamiento he quedado con Daniel, Rafa, Bea y el reaparecido Carlos, que últimamente no ha podido salir apenas a la montaña.

  El día amanece calmado y con buena visibilidad. Desde el mismo aparcamiento donde arranca el telecabina cruzamos el puentecillo que salva el río Caldarés y comenzamos a foquear por la pista que sube hacia la parte alta de la Estación de Esquí.

  Ascendemos tranquilamente por la pista que va dibujando lazadas por las laderas arboladas que pueblan la vertiente norte de la Estación. La nieve se encuentra en buenas condiciones y hay buen espesor en todo el recorrido, lo cual no sucede a menudo. 

   Sobre la cota 1.500, antes de llegar al telesilla de Santa Cruz, abandonamos la pista y giramos a nuestra derecha (S-SW) para subir por fuera de pistas en dirección al barranco de Yanel. En la cabecera del barranco, en el límite occidental de las pistas de esquí, se alza Peña Robla, un pequeño y redondeado montículo con buenas vistas sobre el embalse de Búbal y la cabecera del Valle de Tena.

  Ganamos altitud por las proximidades de una pista roja que se dirige hacia Santa Cruz. Bea viene con esquís largos, así que aprovechamos para practicar las “vueltas maría” para que vaya cogiendo más soltura.

   Pronto alcanzamos la cumbre. El cielo se va poniendo cada vez más negro con lo cual decidimos comenzar el descenso, aunque la excursión haya sido un poco corta.

  Bajaremos por la misma ladera por donde antes hemos subido hasta enlazar con la pista. Aprovechando que hay suficiente nieve y para hacerlo más divertido algunos iremos atajando las lazadas de la pista esquiando directamente bajo el trazado del telecabina.

  • Desnivel + acumulado: 660 m
  • Horario total: 3 h. 15 min. 
  • Distancia recorrida: 8 km



Telera sigue reclamando nuestra atención por el Oeste cuando comenzamos a foquear


Carlos ha podido salir en pocas ocasiones esta temporada


Peña Xuans destaca por el Noreste


Abandonamos la pista para enfilar directamente hacia Peña Robla


Abajo se aprecia la Urbanización Argualas y al fondo, más lejos, Escarrilla


Bea y Daniel


y ahora Rafa también


Bea. Al fondo se intuye la Garganta del Escalar, por donde discurre la carretera que sube al balneario


Cima del Peña Robla


Track del recorrido en Google




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martes, 12 de febrero de 2013

Tarmañones o Pimindalluelo (1.974 m.)


Ascensión con esquís desde Escarrilla


Lomos venteados azotados por el viento dan paso a vaguadas repletas de nieve. Ambiente invernal

 (*) Nota: Si alguien encontrase unas cuchillas de esquí en las proximidades de la cima del Tarmañones rogaría se pusiese en contacto conmigo. Son bastante grandes y de color plateado.

9 de febrero de 2013,   

   Otro fin de semana algo revuelto, con vientos bastante fuertes y además algo gafado. Daniel rompió un esquí, Rafa perdió las cuchillas, Javi sufrió un fuerte tirón en la pierna (espero que al final fuera poca cosa) y a mi me dan un pequeño golpe en el coche, más bien un roce.

 Habíamos quedado en Escarrilla a las 9 de la mañana. Las cumbres están parcialmente cubiertas y cuando se abre un claro se intuye que el viento sopla con ganas por las fumarolas de nieve que se desgarran en las alturas.

   Por un momento pensamos en bajar a Panticosa y foquear cerca de las pistas pero viendo la cantidad de coches que van para allá se nos quitan las ganas. Más tarde  nos enteramos que cerraron la estación y el parking se colapsó.

   Animados por un pequeño claro de sol decidimos intentar la ascensión al cercano Tarmañones, una cumbre de poca dificultad que ya había ascendido otras veces con esquís, raquetas o andando.

   Con la débil esperanza de una mejoría en el tiempo decidimos dejar un coche junto al desvío de Sallent por si pudiésemos completar una travesía regresando por el Pacino. ¡Qué ilusos! Aquí comienza a gafarse la mañana.  Mientras Javi y yo nos acercamos a dejar un coche el resto del grupo sube por la estrecha carretera de Sandiniés hasta el punto de inicio de la excursión, apenas un kilómetro más arriba. El recorrido comienza por una pista a mano derecha. Como referencia veremos una nave justo en el desvío.

   Entretanto Javi y yo acabamos de cruzar el túnel de Escarrilla y nos encontramos que la carretera hacia Formigal está colapsada. Nos costará un buen rato llegar al cruce de Sallent para dejar un coche en un rellano junto a unas naves del Servicio de Protección Civil. La explanada está repleta de nieve y hielo. Aparca Javi como puede y regresamos con mi coche a reunirnos con el resto del grupo.

   Al poco de desviarme por la carretera de Sandiniés, en una curva me golpea otro coche que bajaba en sentido contrario. Menos mal que yo me había detenido para dejar pasar al otro, de esta forma los daños fueron escasos. Paramos para rellenar el correspondiente “parte de accidente” con el otro conductor.

  Tras estas vicisitudes nos reunimos con el resto del grupo y dejamos el coche en el escaso espacio junto al desvío de la pista, donde resulta complicado aparcar más de dos vehículos debido a la acumulación de nieve.

   Entre unas cosas y otras ya son casi las 10 y media cuando comenzamos a foquear. La pista llanea hacia el suroeste. Está limpia de nieve porque se utiliza como acceso a una granja. En apenas quince minutos pasaremos junto a las construcciones ganaderas donde varios perros ladran muy furiosos, con aspecto poco amistoso.

  A partir de aquí la pista se encuentra cubierta de nieve, con buen espesor. Rodeamos la granja por la izquierda al mismo tiempo que el camino comienza a ganar altitud dibujando un par de lazadas. Atravesamos luego un tramo arbolado por el llamado bosque A Silbiacha.

   La pista alcanza su cota más alta (1.430 m.) muy cerca de donde se encuentra el poste que marca el cruce con el GR que baja hacia Escarrilla. Allí encontraremos una cancela para el ganado. Tendremos que desviarnos hacia nuestra izquierda, abandonando definitivamente la pista que baja todavía unos cientos de metros hacia el barranco de Escarra antes de desaparecer definitivamente.

   Es en este punto donde a Daniel se le rompe la fijación trasera de un esquí. Resulta imposible la reparación ya que se ha partido una pieza metálica. No lo queda otro remedio que darse la vuelta y regresar al coche. Es una pena porque la excursión ya no será lo mismo sin Daniel. El resto continuaremos pero ya descartamos la idea de regresar por el Pacino para no alargar demasiado.

   A partir de este punto hay que seguir el GR que se dirige hacia el oeste, en dirección al Collado de Tarmañones, paso natural hacia el embalse de Escarra entre las cimas de Punta Cochata y el Pimindalluelo. Obviamente las marcas del GR están ocultas bajo el manto blanco con lo cual habrá que continuar intuitivamente, de la forma más lógica posible, en dirección al mencionado collado, que se adivina al fondo. La inconfundible y rocosa silueta de Punta Cochata se yergue en todo momento frente a nosotros como referencia.

  Conforme ganamos altitud cada vez se hace más penoso abrir huella. Continuaremos foqueando entre bojes y algunos rosales silvestres. En las zonas de sotavento se acumulan grandes cantidades de nieve pero en los lomos orientados al viento dominante ocurre lo contrario y se encuentran muy pelados, con la nieve barrida solo conservan una fina capa de hielo escarchado. 

Continuaremos ganando altitud suavemente. Vadearemos un pequeño barranco por donde discurre algo de agua. Ayudándonos de las ramas de un boj a modo de pasarela y poniendo a prueba nuestra “pasmosa” flexibilidad evitaremos mojar las focas en el pequeño torrente.

  Poco a poco nos iremos aproximando al collado, intentando siempre evitar las laderas más pronunciadas pues el riesgo de aludes es fuerte. Bastante antes de alcanzarlo, cuando la pendiente cede en una zona salpicada de pinos ralos, nos desviamos ligeramente hacia el sur con objeto de aproximarnos hacia la vertiente septentrional del Tarmañones.

  Conforme ascendemos la nieve se torna más dura y el viento azota con más fuerza. Pronto llegamos a un rellano colgado al norte del Pico Tarmañones (cota 1.800 m. aprox.). Desde aquí quedan algo menos de doscientos metros de desnivel para alcanzar la cima. Hay que superar una pala algo empinada y luego recorrer todo el lomo superior hasta la redondeada cima.

   Ponemos cuchillas en previsión de encontrar algún tramo helado. Sin apenas dificultades pero cada vez más zarandeados por el viento alcanzamos la parte superior de la rampa. Continuaremos después foqueando hacia nuestra izquierda, en dirección a la parte superior de unos cortados que caen hacia el rellano de donde venimos. Un par de pinos solitarios se alzan justo encima de las paredes.

  La pendiente no es muy pronunciada y no es difícil pero este tramo debe cruzarse con mucha precaución con nieve helada pues es un paso expuesto con importante caída. Por ello quizás es más recomendable no acercarse a los cortados y atacar la cima directamente tras superar la primera pala, con rumbo sur, sin desviarse nada a la izquierda. De hecho después bajamos esquiando por allí.

   Hemos progresado bastante despacio y son casi las 13:30 cuando alcanzamos la cima. Fuertes rachas de viento helador aconsejan no perder mucho tiempo en la cima. Me quito los guantes para hacer unas fotos y se me quedan heladas en un par de segundos sintiendo un dolor punzante en todos los dedos durante un buen rato. Mientras nos vamos reagrupando aparecen también los Kroketas, que subían detrás de nosotros. Aprovecho para enviarles un saludo desde estas líneas.

  Quitamos las pieles y preparamos los esquís, no sin ciertas dificultades por las constantes ráfagas. José María casi pierde las cuchillas arrastradas por el viento. Menos mal que karmelo estuvo atento y se dio cuenta. Rafa prefiere no quitarse la mochila no vaya a salir volando y se acomoda sus cuchillas bajo el anorak.

  En cuanto todos estamos preparados nos lanzamos ladera abajo peleando contra el viento. Hay que ir agachado para poder deslizar. En cuanto perdemos algo de altitud las rachas disminuyen y nos permiten esquiar con más comodidad. Llegamos a la rampa que precede al rellano y vemos un grupo muy numeroso de esquiadores detenidos allí. Descendemos hasta donde están ellos. Entre el grupo se encontraba también Ramiro, a quién igualmente envío un saludo.

  Rafa se da cuenta que ha perdido las cuchillas. Se le han deslizado bajo el anorak y con el ventarrón ni siquiera se había percatado. Si alguien las encontrase le agradeceríamos que nos lo hiciese saber.

   A partir de aquí, con el viento a nuestra espalda el descenso será más placentero. Algunos cortos tramos de nieve venteada dan paso a acumulaciones de nieve polvo. En caso de caída cuesta levantarse con esa nieve tan profunda.

   Tras pasar con precaución para no rayar las tablas por los tramos venteados llegamos al pequeño barranco donde cruzamos otra vez apoyándonos en el boj. Es aquí donde Javi sufre un tirón y comenzará a tener cada vez más molestias.

   Tras enlazar de nuevo con la pista, esta vez con la huella bien marcada tras el repetido paso de esquiadores, nos dejaremos deslizar hasta los coches donde Daniel nos espera desde hace un buen rato tras haber estado paseando por los alrededores de Sandiniés.


  • Desnivel + acumulado: 740 m
  • Horario total: 4,5 h. 
  • Distancia recorrida: 10 km

La pista, de un blanco inmaculado


Al fondo la zona de As Crampas, al otro lado del barranco de Escarra


Resguardados por la pista foqueamos relajados


Bea supera un pequeño ventisquero


Ambiente puramente invernal. Nubes y nieve barrida por el viento nos rodean


Salimos de la vaguada para acercarnos al rellano al norte del Tarmañones


José María llegando al rellano con algunas conocidas cimas a su espalda


Pepe llegando al mismo punto


y Bea


Subiendo la pala hacia el lomo final entre fuertes ráfagas


En la cima, bien abrigados


Bajando encontramos algunas laderas con abundante nieve polvo


Track del recorrido en Google







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